Lamento mucho que hayamos perdido los Juegos.
Yo nunca he votado la ciudad que debería ser sede de los Juegos Olímpicos, ¡Dios me libre de tamaña responsabilidad! Además no creo que llegue nunca a tener la categoría moral y ética de los que sí lo hacen ¡Que vaya pinta de élite estoyagusto tienen!, pero sí he participado en votaciones en las que había que decidir la sede de diversos tipos de reuniones académicas y científicas. Y lo que sí que tengo claro es que, a quién nunca votaría, sería a una sede que me dijese que no tiene prácticamente nada que hacer y que va a organizar las sesiones de la forma más austera de la historia.
Da la impresión de que nosotros necesitábamos más los Juegos que ellos a nosotros y eso es una carta de presentación triste y penosa para un acontecimiento que pretende ser lo contrario.
No obstante sí que tengo que decir que la presentación del Príncipe fue sencillamente perfecta. Enhorabuena D. Felipe.
Señor/a lector/a: Créame, comprendo que piense que está perdiendo el tiempo leyendo estas cosas. Yo también lo siento mientras las escribo y no lo haría si no fuera porque muchas veces siente uno el impulso de soltar lo que lleva dentro. Vivimos en un mundo enfermo, en el que la demagogia y la apariencia ha reemplazado a la Razón y la Experiencia, y son mi razón y mi experiencia las que necesitan gritar en el desierto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Totalmente de acuerdo profesor!!!
ResponderEliminar¡Juan!, ya me acordaré de tu comentario cuando salgan las calificaciones. (jeje)
ResponderEliminar