¿Hasta cuándo, Señor, durarán los días?
Primero fue el sacerdote de tu Pueblo
Te insultó, te persiguió y te mató.
Luego fueron los emperadores,
Te insultaron, te persiguieron y te mataron.
Luego los reyes,
Te insultaron, te persiguieron y te mataron.
Luego los nobles,
Te insultaron, te persiguieron y te mataron.
Luego los burgueses liberales,
Te insultaron, te persiguieron y te mataron.
Luego los comunistas,
Te insultaron, te persiguieron y te mataron.
¿Quién queda ya?
Y después de matarte, todos se arrepintieron y todos dijeron
que tú estabas con ellos. Pero tú no estabas con ellos. Estabas donde siempre,
con los pobres y los sencillos.