lunes, 3 de diciembre de 2018

ANDALUCÍA: "Un nuevo tiempo, una misma identidad"

ANDALUCES LEVANTAOS.

Se abre un nuevo tiempo.
Hasta se respira mejor.
Oligarcas fuera.
Viva la vida.
Viva Andalucía.
Viva España.

lunes, 20 de agosto de 2018

Interpretación del Apocalipsis de S. Juan para un economista


        Las enseñanzas de la Biblia recogen parte del acervo moral y cultural que ha hecho que la sociedad humana progrese durante 6000 años. Con mínimas adaptaciones y añadidos son textos que han guiado, con relativo éxito, el comportamiento individual y de grandes grupos humanos desde la edad del hierro hasta nuestros días.

Los que creemos que los libros de la Biblia provienen de distintas fuentes reveladas procedentes de Dios, hacemos una lectura reverencial (que no significa necesariamente literal) de la misma. En el otro extremo, muchos no creyentes tienden a pensar que sus contenidos son inservibles o poco más que cuentos antiguos. Igual en un punto intermedio esté la virtud.

Los argumentos del Libro se han usado desde siempre por muchos humanos para afrontar y aconsejar sobre distintos acontecimientos de la vida diaria, sean estos previstos o imprevistos, viejos o nuevos. Eso habrá sido porque, a largo plazo, su utilización habrá sido más positiva que negativa o de lo contrario habrían sido despreciados. De forma que aunque a la Biblia se le niegue autoría Divina se mantiene una fuerte razón para su estudio y para descubrir las razones prácticas que contiene y que han alimentado el comportamiento normativo de millones de individuos durante miles de años.

El libro más reciente de la Biblia es el Apocalipsis de S. Juan y tiene aproximadamente 2000 años. Apocalipsis significa revelación. El libro del apocalipsis de S. Juan es una revelación sobre la forma en el que se desenvuelve el mundo y sobre lo que sucede en el mundo realmente, es decir más allá de nuestros sentidos. Se presenta en un lenguaje simbólico lleno de exageraciones y figuras alegóricas impresionantes. La riqueza de las escenas y su fuerza es sencillamente estremecedora de forma que continúan sobrecogiendo a sus lectores y estimulando nuestra imaginación.

Fundamentalmente nos enseña tres cosas:

a) Existe un perpetuo enfrentamiento entre el bien y el mal. Por ejemplo, la visión de la lucha escatológica (cap 12). Los esfuerzos de los justos y la ayuda Divina pueden contener y vencer finalmente al mal. Este enfrentamiento implica que la Historia realmente existe, es decir se produce un avance hacia la justicia por parte de la Humanidad y no un movimiento caótico o circular. Este avance no se produce de forma lineal, continua y ni tan siquiera evidente sino que se produce de forma conflictiva y con grandes altibajos.

b) El mal tiene muchas presentaciones, muchas de ellas muy poderosas  (representadas por demonios, dragones, bestias, grandes rameras, falsos profetas, etc. cap. 13  y 17). Son instituciones e individuos procedentes, la mayor parte de ellos, de las organizaciones sociales (el mar). Dichas manifestaciones malignas están entre los justos desde siempre, e incluso algunas de ellas pueden parecer buenas en un principio (el librito del cap. 10), pero con la crisis se observa su verdadero rostro.

c) El Apocalipsis desarrolla una completa teoría de la evolución de la sociedad. Durante todas las épocas, como en el presente, hay alguien que afirma que se producen los acontecimientos que narra. Esto es porque lo que nos enseña es que las sucesivas crisis de la Historia siguen siempre un mismo patrón, se produce una cadena de acontecimientos en los que los justos parecen perder su razón y se acomodan (degradación de las iglesias, cap. 2), mientras que los aliados del mal cobran poder (todo ello con el permiso de Dios) hasta que la situación se vuelve insoportable y los justos derrotan al mal, incluso destruyendo instituciones que parecían intocables e invulnerables, y (también con el permiso de Dios) se crea una nueva situación óptima para los justos (cap. 17 y ss.).

Incluso es muy interesante observar el detalle de la sucesión de acontecimientos ya que sigue una secuencia lógica: En primer lugar empiezan a quebrarse grandes acuerdos sociales (representadas por la ruptura de los sellos: gobiernos, guerras, hambres, injusticias, enfermedades, persecuciones…) a la que sigue la corrupción de la ideología (representadas por las trompetas: herejías, idolatrías, paganismo, doctrinas sociales perversas, etc.) y los correspondientes avisos por parte de las últimas personas e instituciones prudentes (los testigos cap. 11.1 a 13), por último lugar, y ya de forma imparable (humo de 15.8) se sufren las crisis institucionales radicales (representada por las copas: caída de regímenes, grandes instituciones, naciones) Estas últimas, en un intento desesperado por sobrevivir se alían contra el bien que las vence a todas juntas (19.20) no sin esfuerzo y sin pagar un alto precio.

Este guion es aplicable a muchas crisis a las que se ha podido enfrentar la humanidad e incluso a algunas graves crisis personales de las que se sale no sin esfuerzo y sin dejar atrás algunas cosas. Por eso no puede extrañar que en muchos lugares se afirme que el apocalipsis ha sucedido ya en algún momento o que va a suceder en el futuro. Se puede aplicar a la caída de Jerusalén, a la caída del imperio romano, el derrumbe de los regímenes comunistas, e incluso a los tiempos en que vivimos actualmente.

Por eso tampoco es de extrañar que el mismo Apocalipsis diga simultáneamente que los hechos que relata sucederán pronto (1.1 y 22.10) y que tardará en llegar (tiempo, un tiempo y tiempos o hasta mil años 6.11; 12.1; 17.10 etc.).

¿Revelación o cuento de miedo? Vd. decide.

La Felicidad


Felicidad estática

La felicidad es un estado de ánimo personal que se alcanza con el control del entorno.

El ser humano es un animal muy miedoso. Somos muy dependientes e ignorantes desde que nacemos y esas características nos marcan muy profundamente. Cuando escapamos de ellas, siquiera parcialmente, somos felices, siquiera temporalmente.

Controlar del entorno es conocer lo que sucede alrededor (qué, porqué, cómo, quién…) y tener el poder de alterarlo.

El poder de alterar el entorno puede ser físico, mental, político, ... El conocimiento del entorno se puede alcanzar con el estudio, experiencia, reflexión interior...

Felicidad dinámica

El comportamiento dinámico del poder y del conocimiento dificulta poder disfrutarla de forma constante. A algunos individuos puede impedirle alcanzarla nunca.

Más poder no es más felicidad porque el poder no siempre puede ejercerse de forma controlada: Los efectos secundarios o daños colaterales pueden ser inasumibles sobre todo cuando afectan a terceras personas. Un mayor poder debe limitarse responsablemente para ser controlado. No siempre podemos (en sentido normativo) hacer nuestra voluntad, aunque podamos (en sentido positivo) hacerla.

Mas conocimiento no es más felicidad porque el conocimiento tiene mecanismos endógenos de complicación: Un individuo con más conocimiento puede tener más dudas que un individuo con menos conocimiento.

Mecanismos para alcanzar la felicidad

El autoconocimiento de las propias limitaciones y el desarrollo de habilidades propias; la limitación de las necesidades; el ejercicio responsable del poder; la satisfacción controlada de necesidades o gustos; el gusto por el conocimiento y aprendizaje continuo.

El estado de felicidad es interior e individual y puede estar motivado por situaciones coyunturales (entender un chiste, tener información extraordinaria de algún acontecimiento; disponer de helado suficiente en la nevera,…) o estructurales (paz de espíritu, amistad o amor verdaderos, disponer de un empleo fijo…) pero siempre consiste en el control del entorno.

Cuando se alcanza un nivel de felicidad, incluso estructural, es normal perderla por la aparición de nuevos problemas e incapacidades, que limitan nuestro control en la nueva situación y que nos obligan a recomenzar la búsqueda del control en el nuevo entorno.

La felicidad, sobre todo la coyuntural, puede ser tan fuerte que se llega a exteriorizar mediante gestos de relajación y alegría muy reconocibles socialmente.