lunes, 20 de agosto de 2018

La Felicidad


Felicidad estática

La felicidad es un estado de ánimo personal que se alcanza con el control del entorno.

El ser humano es un animal muy miedoso. Somos muy dependientes e ignorantes desde que nacemos y esas características nos marcan muy profundamente. Cuando escapamos de ellas, siquiera parcialmente, somos felices, siquiera temporalmente.

Controlar del entorno es conocer lo que sucede alrededor (qué, porqué, cómo, quién…) y tener el poder de alterarlo.

El poder de alterar el entorno puede ser físico, mental, político, ... El conocimiento del entorno se puede alcanzar con el estudio, experiencia, reflexión interior...

Felicidad dinámica

El comportamiento dinámico del poder y del conocimiento dificulta poder disfrutarla de forma constante. A algunos individuos puede impedirle alcanzarla nunca.

Más poder no es más felicidad porque el poder no siempre puede ejercerse de forma controlada: Los efectos secundarios o daños colaterales pueden ser inasumibles sobre todo cuando afectan a terceras personas. Un mayor poder debe limitarse responsablemente para ser controlado. No siempre podemos (en sentido normativo) hacer nuestra voluntad, aunque podamos (en sentido positivo) hacerla.

Mas conocimiento no es más felicidad porque el conocimiento tiene mecanismos endógenos de complicación: Un individuo con más conocimiento puede tener más dudas que un individuo con menos conocimiento.

Mecanismos para alcanzar la felicidad

El autoconocimiento de las propias limitaciones y el desarrollo de habilidades propias; la limitación de las necesidades; el ejercicio responsable del poder; la satisfacción controlada de necesidades o gustos; el gusto por el conocimiento y aprendizaje continuo.

El estado de felicidad es interior e individual y puede estar motivado por situaciones coyunturales (entender un chiste, tener información extraordinaria de algún acontecimiento; disponer de helado suficiente en la nevera,…) o estructurales (paz de espíritu, amistad o amor verdaderos, disponer de un empleo fijo…) pero siempre consiste en el control del entorno.

Cuando se alcanza un nivel de felicidad, incluso estructural, es normal perderla por la aparición de nuevos problemas e incapacidades, que limitan nuestro control en la nueva situación y que nos obligan a recomenzar la búsqueda del control en el nuevo entorno.

La felicidad, sobre todo la coyuntural, puede ser tan fuerte que se llega a exteriorizar mediante gestos de relajación y alegría muy reconocibles socialmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario