miércoles, 11 de septiembre de 2019

La clase de religión

Recientemente, con ocasión del comienzo del curso, los padres de los alumnos hemos tenido una reunión con la tutora del curso. Mi hijo estudia primaria.

Una de las novedades del curso es que cambiaban algunas horas en que se imparten las materias. En el turno de ruegos y preguntas una madre ha preguntado si, en el caso de retrasos en matemáticas se podrían utilizar, como refuerzo las horas de religión.

La profesora le ha contestado, amablemente, que no, que son horarios rígidos y no se pueden cambiar o ampliar unas materias en horas de otras.

Un padre ha protestado la propuesta de la madre y, defendiendo la clase de religión, ha argumentado lo siguiente:

a) que a él no le gustan algunos autores de literatura y de filosofía (ha mencionado a Platón, Nietzsche y Schopenhauer) y su hijo tiene que estudiarlos
b) que a él no le gusta el arte contemporáneo y su hijo tiene que estudiarlo.
c) que más concretamente en matemáticas estuvo año estudiando los diagramas de Venn y no le han servido para nada. Que tampoco le gusta la metodología actual (mas intuitiva pero absolutamente inútil) de enseñar a resolver ecuaciones con una incógnita.

Que en clase de religión estudian mucha cultura, mucha historia y aprenden algo de temor de Dios y de respeto a los demás que son cosas que, hoy en día se echan mucho de menos.

Enhorabuena por los argumentos. Me ha parecido un héroe.

1 comentario:

  1. Excelente razonamiento de un tipo de padre que, por desgracia, es escaso. A lo largo del tiempo he ido observando, primero como alumno y luego como docente, cómo la asignatura de religión ha ido relegándose en las instituciones públicas.
    Ya son muchos los centros que (Hablo de secundaria, donde tengo la experiencia), en la hora de estudio alternativo (O su equivalente en contenido pero distinto nombre, la cual se oferta como alternativa a la materia de religión) amontonan a la mayoría de alumnos a través de la "competencia imperfecta", al ser una hora en la que no se hace nada, por lo que no estaríamos hablando de estudio alternativo.
    En religión, que según la madre del caso que nos cuenta Roberto, sería una asignatura entre prescindible y evitable, se pueden aprender contenidos de arte (Y más aún en un país donde la Semana Santa es el ejemplo de fusión entre Cristianismo y Arte), historia, filosofía, moral y otros tantos campos del saber. Lástima pues que haya tantas personas dispuestas a eliminarla del currículum de primaria y secundaria, no conformándose con no matricular a sus hijos.
    Quizá aquellos empeñados en combatir el cristianismo no pueden soportar ni asumir que haya familias que quien educar a sus hijos en la Fe cristiana.
    Un saludo y gracias por compartir esta experiencia.
    Juan.

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