lunes, 21 de enero de 2013

Escándalos y libertades

Por razones que se nos hacen evidentes, y que tienen que ver con la escasa libertad de prensa  y la manipulacion de los canales de información públicos que hay en este país, sucede que desde hace décadas y cada cierto tiempo se nos bombardea con un problema durante varias semanas que exhaspera a la opinión pública pero que, habilmente dirigido por líderes de opinión y politicos siempre acaba solucionándose con una de las dos siguientes alternativas:

a) Nos acaba costando el dinero a los contribuyentes.
b) Se limitan las libertades o derechos de algunos ciudadanos.

Eso ha sucedido así, por ejemplo, cuando todos los días algún perro mordía a niños indefensos (y se limitó la libertad de disponer de mascotas); cuando todos los dias una viejecita de España necesitaba que alguien le ayudase con la cesta de la compra (y se estableció la Ley de Dependencia); cuando las mujeres son maltratadas a diario (y se establecen y mantienen leyes con discriminación positiva de dudosa legalidad constitucional) o cuando empiezan a aparecer terroristas que enferman de gravedad súbitamente (y aparecen beneficios penitenciarios expecíficos). A estos grandes temas se le pueden sumar otros muchos de menor intensidad sobre huelgas de trabajadores o presiones patronales en determinados sectores, reivindicaciones de derechos o multitud de situaciones de indefensión sobrevenida.

Por eso, cuando una noticia/problema empieza a ser portada y comentario sistemático y cotidiano de los medios de más difusión suelo pensar que ya se conoce la solución que se va a imponer y me gusta intentar adivinar en qué va a consistir esta, en una reducción de la libertad o en un incremento de gasto. Y es más, cuanto mas profunda y duradera es la insistencia de los medios en la existencia del problema y su gravedad, más seguro estoy de que la solución será más costosa o más injusta.

En la actualidad hay dos problemas que tienen estas caracteristicas:
a) El soberanismo catalán: Que, probablemente, nos va a costar el dinero en un sistema de financiación que reducirá las transferencias a otras Comunidades Autónomas.
b) La corrupción política: Que, probablemente, nos cueste tener que asumir intervención policial en comunicaciones entre particulares con las mínimas garantías civiles o, incluso, sin control judicial.

La cuestion es si este sistema de "bombero-pirómano" habrá que soportarlo para mantener una democracia en la que leyes duras y alto coste publico ha de ser asumido por las grandes masas populares.

2 comentarios:

  1. hola, soy Anónimo (el autor del Cantar del Mio Cid, la Celestina y otras muchas obras célebres)y creo que tienes mucha razón

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