viernes, 14 de marzo de 2014

¿Ucrania bien vale una Crimea?


Quien algo quiere algo le cuesta. Un mercado como el Ucraniano, tan apetitoso para algunos (fundamentalmente alemanes) puede tener un precio.

Hace poco vi un documental en que dos monos se encontraron con una carroña semipútrida de una cabra. Los dos empezaron a chillar haciendo como mostrando que era suya y corrían de un lado para otro persiguiéndose sucesivamente y lanzándose palos y piedras. Tras un forcejeo de unos minutos uno de ellos arrancó una pata de la cabra y salió corriendo. El otro lo perseguía para quedarse también con la pata chillándole aún más fuerte si cabe porque se veía vencedor de la mayor parte. Le persiguió un momento y después le dejó marchar con la pata y se quedó con el resto de la cabra.

El comportamiento de los monos es el mismo de la comunidad internacional, chillarle mucho a Rusia por quedarse con un trozo de Ucrania. Chillarle con la Ley en la mano y amenazar con sanciones internacionales y jurar venganza eterna pero, en el fondo desando que sea sólo Crimea lo que se queda y que no piense que puede obtener nada más.

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